No hay vínculo más fuerte que el que existe entre hermanos. Yui ha sido el centro de los deseos sexuales de su hermano desde niños. Pero en los últimos años, algo en su relación ha cambiado. El divorcio de sus padres ha obligado a Akira a prestar más atención al bienestar de Yui, a cuidarla a diario y a asumir el rol paternal en la familia.

A medida que ambos crecen, Akira ha notado los cambios físicos en Yui: ya no es la niña preciosa que creía conocer. Incapaz de contenerse, empieza a colarse en su habitación por las noches, admirando el cuerpo de su hermana y complaciéndose con ella. Akira se frustra cada vez más por la distancia que los separa; pero cuando Yui le revela que una amiga del colegio se le ha confesado, algo se quiebra en su interior.

Dejando de limitarse a meras ensoñaciones, tiene relaciones sexuales con su hermana dormida. Sin embargo, sin que Akira lo sepa, Yui permanece completamente despierta durante estas visitas nocturnas; sin embargo, por alguna razón, no está dispuesta a detenerlo.